“De chica sufría mucho en el colegio. Me decían la burra”, confiesa Marina Vollmann y sigue “pero nadie sospechó que podía ser disléxica. ¿Yo, disléxica?, pregunté con incredulidad cuando me propusieron hacerme el test, hace tan solo unosaños. Así lo confirmé: Yo, disléxica. Y supe que no es cosa de chicos y tampoco se va con el tiempo. Es una condición y es
para toda la vida”.
La dislexia es mucho más que la inversión de letras en una palabra. Genera dificultades en la lectura, la escritura y el léxico, problemas de compresión, de memoria a corto plazo, confusión entre la derecha y la izquierda... y estas son solo algunas de sus señales. A través de su propia experiencia y del camino hecho con sus hijos a partir del mismo diagnóstico, la autora nos cuenta cómo es vivir con una dificultad invisible y de qué manera transformó su historia en una causa para ayudar a otros.
Marina Vollmann nació en Buenos Aires. Trabajó como modelo, desfiló, hizo comerciales y trabajó en televisión de la mano de Marcelo Tinelli. También como actriz junto a Carlos Calvo y Guillermo Francella, entre otros, e incursionó en radio con Oscar Gómez Castañón. Más tarde, abrió su propia productora de teatro independiente. Se alejó del medio cuando fue mamá de dos niños. Desde hace muchos años se dedica al trabajo social. Es embajadora de la asociación DISFAM Argentina, acompañando a otras mamás con niños con dificultades en el aprendizaje.
Es autora y creadora de su propio perfil, Vínculos sin Bullying, que pertenece a la Alianza Antibullying Argentina, un proyecto federal de asociaciones y organizaciones que luchan para erradicar el problema del bullying en el país. Ayudar le dio la posibilid ad de encontrarse con su verdadera vocación.