“No siempre la soledad es una prisión. A veces, para algunos, es una conquista que defiende de nuevas heridas y ofensas. Solo los débiles y los pobres de espíritu tienen miedo de la soledad y se aburren solos. Yo no soy débil. Soy muy fuerte y, ahora, durísima. Por lo tanto, no tengo miedo de la soledad”. Así se describe a sí misma Oriana Fallaci en una de sus muchas cartas a amigos, amantes, familiares, colegas y entrevistados.
Esta obra única reúne la correspondencia privada de la controvertida periodista con Shirley MacLaine, Ray Bradbury, Henry Kissinger, Isabella Rossellini, entre otros personajes destacados de la historia, dejando a la luz tanto la intimidad como la metodología de trabajo, con la capacidad distintiva de Fallaci de expresarse y opinar con honradez y ánimo polémico.
Más de diez años después de su muerte, sus reflexiones y confesiones nos permiten descubrir la voz más auténtica de una escritora del todo comprometida con su trabajo, incluso en sus misivas más privadas.
Oriana Fallaci (1929-2006), florentina, ha sido definida como "uno de los escritores más leídos y amados del mundo" por el rector del Columbia College de Chicago, que le concedió el doctorado honoris causa en Literatura. Como corresponsal de guerra, cubrió los principales conflictos bélicos de su época, desde la guerra de Vietnam a Oriente Medio. Entre sus libros se destacan Carta a un niño que nunca nació (1975), Un hombre (1979), Inshallah (1990) y la trilogía, publicada con enorme éxito por Editorial El Ateneo, conformada por La rabia y el orgullo (2002), La fuerza de la razón (2004) y Oriana Fallaci se entrevista a sí misma. El Apocalipsis (2005). En 2008, después de su muerte, se publicó Un cappello pieno di ciliege (Un sombrero lleno de cerezas), obra en la que la autora trabajó más de diez años y que trata sobre la historia de su familia.
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