Había una vez un pequeño robot que se llamaba… ¡Robotito, por supuesto!
Cuando despertó de un profundo sueño, se encontró fuera del tiempo, en un lugar que no recordaba haber visto antes. ¡Era un bosque frondoso en el medio de la maravillosa naturaleza!
Pero el peligro amenazaba a los animales del bosque, y solo Robotito era capaz de salvarlos. Ellos lo necesitaban, aunque también le temían. Robotito era distinto.
¿Cómo descubrir el lugar al cual pertenecer cuando se es diferente a los demás?
Si buscamos lo positivo y especial en cada persona, no solo tendremos nuevos amigos. ¡Podemos descubrir que el hogar está donde vive el corazón!