El recuerdo arde. La nostalgia emerge. El frío incendia. La luz se apaga. La salida se aleja. En el sinfín de historias, se disfraza de protagonista el mayor antagonista, rival de todo ser, mortal e innombrable: la enfermedad. Y junto a ella, la pérdida. Secuela sin consuelo. La autora nos invita a transitar el mayor de los desafíos, superar el dolor, en un pasaje que alumbra desde la infancia hasta el presente. Seremos testigos de la batalla, cuerpo a cuerpo, que atraviesa para vencer al duelo, citando a los pilares que la han inspirado. Una prueba de que la memoria quema, aún lejos del fuego, y que el olvido es el deseo efímero de aquello que jamás se olvida.